Arte Marcial - Wu Su (Kung Fu)



Nuestro método de práctica esta basado en los principios básicos de las disciplinas desarrolladas en los templos “Sao Lin”.  Las mismas, no están únicamente relacionadas con las artes marciales, sino que también con temas de estudio y práctica como lo son: movimientos corporales, ejercicios  respiratorios, meditación, como el camino para lograr la tranquilidad y serenidad mental, la alimentación natural, la dietoterapia, bioenergía, terapias alternativas, y los principios filosóficos, Budismo y Confucionismo,  integrados a una forma de vida.

Ahora bien que es un arte marcial, para algunos es tirar patadas y procurar ser más fuertes, para así poder ganar a otros, o para poder transformarse en un actor, como lo fue Bruce Lee, pero como practicante de muchos años y que he asumido al Wu Su como lo que es, una forma de vida, quiero decirles que esta muy lejos de ser simplemente un arte de pelea. No voy a historiar sobre sus orígenes, muchos libros ya se ocupan de eso, no voy a parafrasear sobre el Budismo, no soy un erudito del tema, pero me quedo con el ejemplo que nos daba el maestro Chen:

“En el campo hay personas que viven muy sanamente como lo enseña el Tzan, su ritmo de vida va en armonía con la naturaleza, ellos no hablan de Tzan, pero su expresión de vida es Tzan, muchas personas hablan mucho de Tzan, de lo que es vivir, pero viven muy mal”.

El arte marcial para la cultura china, es lo mismo que la educación física para nosotros, un aporte para mantener el cuerpo saludable, es formadora de Guerreros, que se preparan para combatir las vicisitudes de la vida y nuestras propias dificultades, tener el potencial necesario para dar y ayudar a las personas necesitadas que no encuentran solucionar sus problemas de salud, poder ser la mano amiga que esta presente cuando es necesario. Razón por la cual desde hace más de dos años me encuentro preparando a un grupo de practicantes en el desarrollo del Chi May Su Shie, estudio base de la medicina china, un legado dejado por el maestro Chen a sus cinturones avanzados, mediante el cual procuraremos instalar un lugar para dar atención y apoyo a todo aquel que lo necesite. 


El maestro Chen dijo:
“Es difícil encontrar una persona que no se engañe a sí misma y que sea sincera en la vida. Recién una vez que se ha decidido vivir sanamente se puede comenzar a practicar.

Tradicionalmente en China los alumnos elegían a los maestros, pero éstos también elegían a los alumnos. Podía suceder que un maestro viera que una persona no era adecuada para este método, y decida no enseñarle. Por otra parte, hubo casos en que el maestro decidiera enseñar una parte, y no  todo su arte. Los maestros no jugaban con los estudiantes; si veían que el alumno no era apto para estudiar este método no le hacían perder tiempo. Por supuesto que si hoy elegimos este mismo sistema terminaríamos cerrando la puerta de la escuela. Pero conviene conocer la idea que entender, por la práctica de un método, constituye un gran éxito en la vida.

Ahora sucede que muchos de los que enseñan afirman conocer Tai Chi, formas del Norte, formas del Sur, enseñan varios estilos, y dicen haber estudiado con cinco maestros. Parecen ser eruditos, personas de gran habilidad, pero quien conoce la tradición china se reirá, porque esto significa que le faltó paciencia para practicar un estilo y entonces cambia, y así continúa en constante cambio. Eso quiere decir que no tuvo éxito. Si alguien cambia de estilo a cada rato quiere decir que no comprende ni uno, ni el otro. Cambiar de uno a otro no es honorable, es una falla en su práctica, y es redundante usar la falla como publicidad. Entender realmente bien un estilo no es nada fácil.

El tercer maestro del templo Sao Lin y el primero que enseñó en las instala­ciones del mismo, fue un alumno de Hui Ko llamado Sen Tsan que escribió un poema titulado Shin Shin Min. La primera frase dice:

“El máximo significado del Tao no es tan difícil, lo difícil es que uno cede ante la variedad”.

Cuando se estudia un estilo, y luego se estudia otro y otro, nunca se encuen­tra un estilo con el que se está cómodo. Lo mismo sucede cuando se practica meditación un rato con una técnica, otro rato con otra, y así se va variando con cuanta técnica se conoce. Les garantizo que con esa manera de practicar nunca lograrán nada.


Un ejemplo para facilitar la comprensión del punto es el encendido de una estufa para calentar un ambiente. Si a los cinco minutos se la apaga y vuelve a encender, se la apaga, se la enciende, aunque se esté todo el invierno en esa tarea no se logrará calentar el ambiente. Por más que conozcan cien técnicas, deben saber que las mismas son cien molestias a uno mismo, que conocer más técnicas no significa entender más. Mucha gente dice conocer muchas formas, pero eso no quiere decir que realmente sepan mucho. Parece que coleccionaran formas, pero conocer es muy distinto de hacerlo bien. Practicar muchas formas no vale lo que vale un movimiento bien aprendido. Por ejem­plo, los grandes concertistas de piano pasan toda su vida practicando escalas, pero muchas personas que deciden estudiar música inmediatamente quieren interpretar canciones. Conocer bien un tema no es algo fácil, hace falta un método sincero para no engañarse a sí mismo, y si uno comienza engañán­dose a sí mismo nunca lo logrará. Llegar no es difícil, lo difícil es el viaje. Sin embargo, las personas ven el éxito, y no el sacrificio que hay que realizar para alcanzarlo. Podemos tomar como ejemplo a Maradona que cuando jugaba parecía tener la pelota atada a su botín, pero ¿quienes son los que vieron cuánto tiempo tuvo que entrenar? No hay que dejarse llevar por las apariencias, por lo que se ve en las películas: todo eso es una gran mentira. Son muchos los alumnos que se acercan al gimnasio pensando en pelear contra cinco personas: les aconsejo que no peleen a menos que ten­gan siete vidas como los gatos. Si los matan cinco veces todavía tendrán suerte. Ganarle a otro no es tan difícil, lo verdaderamente difícil es contra uno mismo. Pelear con uno mismo y ganar es muy difícil.

En el monasterio de Sao Lin se enseñó mediante una gran variedad de métodos que incluyen el arte marcial, pero toda la enseñanza estuvo orientada a no enga­ñarse a uno mismo. Si un golpe duele, duele, la práctica es algo muy real, pero es para conocerse a uno mismo - ese es el motivo principal.

Espero que por esta práctica puedan algún día encontrar a alguien que no se en­gañe a sí mismo. Da-Mo enseñó en ese templo, pero la historia nada dice acerca de que haya enseñado lucha, escrito un libro sobre combates, o peleado alguna vez con alguien”.



Quiero alentarlos a que practiquen Wu Su, la edad no es un impedimento, no se dejen llevar por personas que vuelan y hacen un desarrollo excesivo de proezas físicas, eso no es una forma de vida, tan solo es una gimnasia artística apropiada para personas jóvenes y con una excelente condición física, que se logra con muchas horas al día de entrenamiento, y no es necesaria tanta proeza para mantener una vida digna, sin trucos, ni trajes coloridos. En el arte de la danza he podido ver a jóvenes moverse al ritmo de la música con gran destreza, que despierta el deseo de aprender a bailar, sin engaños, algo tan natural como promover el movimiento natural del cuerpo siguiendo una melodía, en el arte marcial chino también procuramos movernos en armonía con cada movimiento, con una respiración acorde, manteniendo el ritmo y la mente tranquila, lo cual es el aporte de la meditación, ya que el origen del Tzan y su herramienta mas potente es meditar y poder mantenerse en estado meditativo las 24 horas del día. 


A MI TO FO